Mañana será primavera y no podré verla, es una frase mítica que ha pasado a los anales de la publicidad desde que se le ocurrió a David Ogilvy, uno de los maestros del mundo publicitario.
Mañana será primavera y no podré verla. Las grandes frases
Sin lugar a dudas, desde que los norteamericanos inventaron el marketing y se extendió por el mundo, el marketing y la publicidad, han ido unidos siempre, siendo la publicidad , parte de la estrategia de marketing en busca de conseguir los objetivos, que se ha planteado la empresa.
Han cambiado las técnicas y los estilos
Lo que han cambiado, han sido las técnicas y los estilos. El mensaje se puede decir, que ha sido cíclico, como ocurre con los «revivals» de las canciones: Exitos de los años cuarenta reconvertidos en el año 2000.
Para los que somos babybomers, anteriores a la generación X, y nos adentremos un día, a este mundo del marketing, la frase
Mañana será primavera y no podré verla,
es uno de los arquetipos básicos del éxito de una anécdota del marketing
La historia que traspasó fronteras
Cuenta la historia, brevemente, el caso de un ciego pedigüeño apostado en un escalón de un gran edificio, que tenía un cartel colgado, con una frase pidiendo algo así: Soy pobre, dame dinero.
Pasaba por allí un ejecutivo y tuvo una ocurrencia: Cogió un trozo de cartón de una caja abandonada en la acera y un rotulador y escribió:
Mañana será primavera y no podré verla
Al anciano pedigüeño le cambió el cartel y como caído del cielo, se obró el milagro:
Se obró el milagro
La gente al pasar apeló a las emociones y empezó a echarle monedas.
El ciego no recuperaría la vista, pero ese día sería de los más felices de su vida.
Son mitos de la publicidad importados la mayoría de Estados Unidos, sobre todo del mundo del fastfood y de los refrescos.
Mañana será primavera ¿Tú que harás?
Historias que te llevan adentro y lo que no hacen sino resurgir como las últimas protagonizadas en campañas españolas, y en cualquier lugar, donde se toca la fibra sensible.
La cuestión a plantear es doble
Una de parte del emisor: (agencia publicitaria, socialmedia y su cliente, la empresa) si el mensaje ha conseguido los resultados esperados, de imágen, de ventas.
Y de otra parte del receptor: del consumidor, del cliente, de la emoción que ha sentido con el anuncio, si le ha gustado. Si ha realizado la compra, si ese anuncio le ha calado para decidirse a comprar el producto o a recomendarlo.
Ahí esta la cuestión:
Que tengas una feliz entrada de la primavera y cuidado con las alergias.
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